"Porque el templo de Dios es
santo, y vosotros sois ese templo" (1
Corintios 3:17).// "For the temple of God is holy, which temple ye
are."—1 Cor. 3:17.
EL TÉRMINO hebreo habitual aplicado al templo judío era heykal,
que significa residencia real. También se le calificaba a menudo con el término
kodesh,
santuario, para indicar su carácter sagrado como morada visible de Jehová entre
su pueblo. El mismo significado tenía la tienda móvil o santuario de Israel, el
tabernáculo del desierto. La idea así expresada visiblemente era que Dios
estaba en medio de su pueblo, como dijo: "Y allí me reuniré con los hijos de
Israel, y el tabernáculo será santificado por mi gloria. Y santificaré el
tabernáculo de reunión y el altar: Santificaré también a Aarón y a sus hijos,
para que me sirvan en el sacerdocio. Y habitaré en medio de los hijos de
Israel, y seré su Dios."-Éxodo
29:43-45.
THE usual Hebrew term applied to
the Jewish temple was heykal, which signifies a royal residence. It was also
often qualified by the term kodesh, sanctuary, to indicate its sacredness as
the visible dwelling place of Jehovah among His people. The same significance
also attached to the movable tent or sanctuary of Israel, the tabernacle in the
wilderness. The idea thus visibly expressed was that God was in the midst of
His people, as He said, "And there will I meet with the children of
Israel, and the tabernacle shall be sanctified by My glory. And I will sanctify
the tabernacle of the congregation and the altar: I will sanctify also both
Aaron and his sons, to minister to Me in the priest's office. And I will dwell
among the children of Israel, and will be their God."—Exod. 29:43-45.
En cumplimiento de esta promesa, tan pronto como el tabernáculo fue
terminado, la gloria del Señor lo llenó, como leemos:-"Y Moisés terminó la obra.
Entonces una nube cubrió la tienda de reunión y la gloria del Señor llenó el
tabernáculo. Y Moisés no pudo entrar en la tienda de reunión, porque la nube
estaba sobre ella, y la gloria del Señor llenaba el tabernáculo..... La nube
del Señor estaba de día sobre el tabernáculo, y de noche había fuego sobre él,
a la vista de toda la casa de Israel durante todos sus viajes"-Éxodo 40:33-38.
In fulfilment of this promise, as
soon as the tabernacle was finished, the glory of the Lord filled it, as we
read:—"So Moses finished the work. Then a cloud covered the tent of the
congregation and the glory of the Lord filled the tabernacle. And Moses was not
able to enter into the tent of the congregation, because the cloud abode
thereon, and the glory of the Lord filled the tabernacle....The cloud of the
Lord was upon the tabernacle by day, and fire was on it by night, in the sight
of all the house of Israel throughout all their journeys"—Exod. 40:33-38.
Así también en la dedicación del templo de Salomón hubo el mismo reconocimiento divino de esta estructura más permanente:-"Así terminó toda la obra que el rey Salomón hizo para la casa del Señor. Y Salomón trajo las cosas que David su padre había dedicado, la plata y el oro y los utensilios que había puesto entre los tesoros de la casa de Jehová: .... Y aconteció que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa de Jehová, de tal manera que los sacerdotes no podían estar de pie para ministrar a causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová."-1 Reyes 7:51; 8:10,11.
So also at the dedication of
Solomon's temple there was the same divine recognition of this more permanent
structure:—"So was ended all the work that king Solomon made for the house
of the Lord. And Solomon brought in the things which David his father had
dedicated, even the silver and the gold and the vessels did he put among the
treasures of the house of the Lord....And it came to pass, when the priests
were come out of the holy place, that the cloud filled the house of the Lord so
that the priests could not stand to minister because of the cloud; for the
glory of the Lord had filled the house of the Lord."—1 Kings 7:51; 8:10,11.
La idea que transmiten los diversos relatos de esta gloria del Señor,
tal como aparecía en el Tabernáculo, en el Templo, en el monte Sinaí, y tal
como guiaba y protegía a Israel al salir de Egipto, es la de un brillo
excesivo, envuelto, y generalmente oculto, por una espesa nube, de la que, en
ocasiones especiales, resplandecía. Así leemos: "Y la gloria de Jehová habitó
sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió seis días: .... Y la vista de la
gloria de Jehová era como fuego consumidor en la cumbre del monte, a los ojos
de los hijos de Israel" (Éxodo
24:16,17). Véase también 19:9, 18, 19; 40:34, 35; 1 Reyes 8:10,
11.
The idea conveyed by the several
accounts of this glory of the Lord, as it appeared in the Tabernacle, in the
Temple, on Mount Sinai, and as it guided and protected Israel in coming out of
Egypt, is that of exceeding brightness, enveloped, and usually concealed, by a
thick cloud, from which, on special occasions, it shone forth. Thus we read,
"And the glory of the Lord abode upon Mount Sinai, and the cloud covered
it six days....And the sight of the glory of the Lord was like devouring fire
on the top of the mount in the eyes of the children of Israel."—Exod.
24:16,17. See also 19:9,18,19; 40:34,35; 1
Kings 8:10,11.
Pero el tabernáculo y el templo de Dios, construidos por dirección
divina y bajo la supervisión divina, y honrados así con las manifestaciones
visibles y típicas de la presencia y gloria divinas, eran sólo tipos de aquel
tabernáculo más grandioso, no hecho de manos, del cual el Israel carnal no podía
tener concepción, y de aquel templo santo que eclipsaría con el tiempo la
grandeza del templo terrenal con todo el oro y las piedras preciosas que lo
adornaban. Miremos, pues, a través del templo típico de Dios a su antitipo. Los
Apóstoles nos dicen que la Iglesia evangélica, tanto individual como
colectivamente, constituye el templo antítípico:-"Porque el templo de Dios
es santo, el cual sois vosotros".
But the tabernacle and temple of
God, built by divine direction and under the divine supervision, and thus
honored with the visible, typical manifestations of the divine presence and
glory, were only types of that grander tabernacle, not made with hands, of
which fleshly Israel could have no conception, and of that holy temple which
should by and by eclipse the grandeur of the earthly temple with all the gold
and precious stones that adorned it. Let us, then, look away from, or, rather,
let us look through, the typical temple of God to its antitype. The Apostles
tell us that the Gospel Church, both individually and collectively, constitute
the antitypical temple:—"For the temple of God is holy, which temple ye
are."
Considerando el asunto primero en su aplicación individual, oímos a Pablo decir al pueblo consagrado de Dios: "¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?...Vosotros sois templo del Dios viviente, como Dios ha dicho: Habitaré en ellos y andaré en ellos; y seré su Dios y ellos serán mi pueblo". (1 Corintios 6:19; 2 Co. 6:16; Levíticos 26:12.) Así, todo hijo de Dios fiel y consagrado, en quien Dios mora por su santo Espíritu, es templo de Dios, residencia real del Rey de reyes, santuario santo; este alto privilegio es nuestro por medio de Cristo, quien primero nos redimió con su preciosa sangre, y así nos hizo elegibles al llamado de Dios para ser así santificados y apartados enteramente para su uso: "para morada de Dios por el espíritu".
Considering the matter first in
its individual application, we hear Paul say to the consecrated people of God,
"Know ye not that your body is the temple of the holy Spirit which is in
you, which ye have of God, and ye are not your own?...Ye are the temple of the
living God, as God hath said, I will dwell in them and walk in them; and I will
be their God and they shall be my people." (1 Cor. 6:19; 2 Cor. 6:16; Lev.
26:12.) Thus every faithful, consecrated child of God in whom God, by His holy
Spirit, dwells, is a temple of God, a royal residence of the King of kings, a
holy sanctuary, this high privilege being ours through Christ, who first
redeemed us by his precious blood, and thus made us eligible to the call of God
to be thus sanctified and set apart wholly to his use—"for a habitation of
God through the spirit."
A esto se refirió también nuestro Señor, diciendo: "Si alguno me ama, guardará mis palabras; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él..... El Consolador, que es el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho". (Juan 14:23,26) Así cada santo individual se convierte en "una morada de Dios por el espíritu", un templo santo, una residencia real.
It was to this that our Lord also
referred, saying, "If a man love me, he will keep my words: and my Father
will love him, and we will come unto him and make our abode with him....The
comforter which is the holy Spirit, whom the Father will send in my name, he
shall teach you all things, and bring all things to your remembrance,
whatsoever I have said unto you." (John 14:23,26) Thus each individual
saint becomes "a habitation of God through the spirit," a holy
temple, a royal residence.
Cuán precioso es el pensamiento, cuán grande la condescendencia de nuestro Dios al honrar así a sus elegidos que creen y confían en él y están plenamente consagrados a su voluntad y servicio. "Vosotros sois el templo del Dios viviente"; y "no estáis en la carne [en la vieja condición carnal], sino en el espíritu, si es que el espíritu de Dios mora en vosotros". (Romanos 8:9) Y si el espíritu de Dios mora en nosotros, es para santificar y glorificar estos templos suyos, para que aun ahora manifestemos las alabanzas de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
How precious is the thought, how
great the condescension of our God in thus honoring His chosen ones who believe
and trust in Him and are fully consecrated to His will and service. "Ye
are the temple of the living God"; and "ye are not in the flesh [in
the old carnal condition], but in the spirit, if so be that the spirit of God
dwell in you." (Rom. 8:9) And if the spirit of God dwell in us, it is to
sanctify and glorify these temples of His, that even now we should show forth
the praises of Him who hath called us out of darkness into his marvelous light.
Es en esta perspectiva de nuestra relación con Dios que Pablo quiere grabar en nuestras mentes la santidad de estos templos del Espíritu Santo, diciendo: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él". Es decir, si después de haber sido hecho partícipe del Espíritu Santo, y por consiguiente, por medio de las influencias iluminadoras y guiadoras de ese Espíritu, ha gustado de la buena palabra de Dios y de los poderes [privilegios de la instrucción divina, etc.] de la era venidera, ha de destruir el templo de Dios, Dios lo destruirá. Si, por el contrario, a pesar de las benditas influencias de la era venidera, se niega a seguir siendo guiado por el Espíritu de Dios y se vuelve de nuevo, ya sea repentina o gradualmente, al espíritu del mundo, está destruyendo su vida espiritual, destruyendo el templo de Dios, que fue santo y consagrado a Dios. Y si alguien así esperar a tener su porción en la edad venidera con la clase de restitución, que se desengañe rápidamente, porque la sentencia contra todos los tales es: "A éste destruirá Dios". El Señor "no se complace" en nadie que "retroceda" de tan altos privilegios. "Pero, amados, estamos persuadidos de cosas mejores acerca de vosotros, y de cosas que acompañan a la salvación: ..... No somos de los que retroceden para perdición, sino de los que creen para salvación del alma."-Hebreos 6:4-9; 10:38,39.
It is in this view of our
relationship to God that Paul would impress upon our minds the sanctity of
these temples of the holy Spirit, saying, "Know ye not that ye are the
temple of God, and that the spirit of God dwelleth in you? If any man destroy
the temple of God, him will God destroy." That is, if, after he has been
made a partaker of the holy Spirit, and consequently, through the enlightening
and guiding influences of that Spirit, has tasted the good word of God and the
powers [privileges of divine instruction, etc.] of the coming age, he should
stifle all these blessed influences, refusing to be further led of the Spirit
of God, and turn again, either suddenly or gradually, to the spirit of the
world, such a one is destroying his spiritual life—destroying the temple of
God, which was holy and consecrated to God. And if such a one should hope
thereby to have his portion in the coming age with the restitution class, let
him quickly undeceive himself, for the judgment against all such is, "Him
will God destroy." The Lord has "no pleasure" in any who
"draw back" from such high privileges. "But, beloved, we are
persuaded better things of you, and things that accompany salvation....We are
not of them who draw back unto destruction, but of them which believe to the
saving of the soul."—Heb. 6:4-9; 10:38,39.
Fue en alusión a esto mismo que nuestro Señor, dirigiéndose a sus
discípulos, dijo: "El que procure salvar su vida, la perderá; y el que pierda su
vida, la conservará"; y que Pablo también dijo: "Si
vivís según la carne, moriréis; pero si por el Espíritu mortificáis las obras
del cuerpo, viviréis". (Lucas 17:33;
Romanos 8:13) Es a los que aprecian la santidad de estos
templos de Dios a quienes pertenecen todas las bendiciones de la gracia divina;
porque Dios morará en ellos y andará en ellos, y su gloria se manifestará en
ellos y para ellos. Es su bendito privilegio, en reverente humildad, darse
cuenta del condescendiente favor de Dios al reconocerlos como sus templos, y
hacer su morada en ellos, y beneficiarse de todas las santificadas influencias
de su presencia y favor. Y si en verdad estos cuerpos nuestros son el templo
del Espíritu Santo, ¿qué clase de personas debemos ser en toda santa conversación
y semejanza a Dios, y cómo deben ser vivificados estos cuerpos mortales por su
Espíritu que mora en nosotros, vivificados para el servicio activo y diligente
y para producir todos los frutos de la santidad? 2 Pedro 3:11; Romanos 8:11.
It was in allusion to this same
thing that our Lord, addressing his disciples, said, "Whosoever shall seek
to save his life shall lose it; and whosoever shall lose his life, shall
preserve it"; and that Paul also said, "If ye live after the flesh,
ye shall die: but if ye, through the Spirit, do mortify the deeds of the body,
ye shall live." (Luke 17:33; Rom. 8:13) It is to those who appreciate the
sanctity of these temples of God that all the blessings of divine grace belong;
for God shall dwell in them and walk in them, and His glory shall be manifested
in them and to them. It is their blessed privilege, in reverent humility, to
realize the condescending favor of God in recognizing them as His temples, and
making His abode with them, and to profit by all the hallowed influences of His
presence and favor. And if indeed these bodies of ours be the temple of the
holy Spirit, what manner of persons ought we to be in all holy conversation and
godlikeness? and how ought these mortal bodies to be quickened by His Spirit
that dwelleth in us?—quickened into active and diligent service and to the bringing
forth of all the fruits of holiness.—2 Pet. 3:11; Rom. 8:11.
Pero mientras que los santos son así individualmente los templos de
Dios, también constituyen colectivamente el gran templo en el que Pedro compara
a cada individuo con una piedra viva, y a Cristo con la piedra angular
principal o fundacional, "A la cual, viniendo como a una piedra
viva,...vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa
espiritual, un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios* aceptables a Dios
por Jesucristo." (1 Pedro 2:5)
Pablo también se refiere a este mismo pensamiento, diciendo: "Vosotros
sois... de la casa de Dios, y edificados sobre el fundamento de los apóstoles y
profetas [el fundamento de esperanza en el que ellos confiaban, y que nos señalaron
a nosotros], siendo Jesucristo [él] la piedra angular del fundamento; en quien
todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo para
el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de
Dios en el espíritu" (Efesios 2:20-22).
But while the saints are thus
individually the temples of God, they also collectively constitute the great
temple in which Peter likens each individual to a living stone, and Christ to
the chief or foundation corner stone, "To whom coming, as unto a living
stone,...ye also, as living stones, are built up a spiritual house, an holy
priesthood, to offer up sacrifices* acceptable to God by Jesus Christ." (1
Pet. 2:5) Paul also refers to this same thought, saying, "Ye are...of the
house of God, and are built upon the foundation of the apostles and prophets
[the foundation of hope in which they trusted, and which they pointed out to
us], Jesus Christ, [he] being a foundation corner stone of it; in whom all the
building fitly framed together, groweth unto an holy temple for the Lord: in
whom ye also are builded together for a habitation of God through the
spirit."—Eph. 2:20-22.
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*El MS. sinaítico omite
"espirituales" antes de los sacrificios.// *Sinaitic
MS. omits "spiritual" before sacrifices.
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El hecho de que la piedra angular sea también la piedra fundamental de este edificio, así como la "piedra principal", la gloria suprema del mismo, como sugieren los profetas (Zacarías 4:7; Salmo 118:22), nos recuerda la forma de la Gran Pirámide, cuya piedra más alta es la piedra angular, y cuya estructura interna se corresponde tan perfectamente con el Tabernáculo y su simbolismo. + Y además, si Cristo es la piedra angular, la piedra superior y también el fundamento, como ciertamente lo es (1 Corintios 3:11), la sugerencia manifiesta es que el fundamento de este edificio de Dios está puesto en los cielos, no en la tierra, y que todas las otras piedras vivas construidas sobre este fundamento están atraídas y cementadas a él por atracciones celestiales y no terrenales. Sí, "vosotros sois el edificio de Dios"; "vosotros", tanto individual como colectivamente, hijos consagrados de Dios que habéis llegado a ser la morada de Dios por medio del Espíritu, vosotros sois el templo de Dios. No obstante, aunque ahora no es más que un tabernáculo en la carne, y aunque en este tabernáculo a menudo gemimos, estando agobiados, sabemos que cuando este tabernáculo sea destruido tendremos un edificio de Dios, "una casa no hecha de manos, eterna en los cielos"-2 Corintios 5:1,2.
The fact of the chief corner
stone being also the foundation stone of this building, as well as the
"head-stone," the crowning glory of it, as suggested by the prophets
(Zech. 4:7; Psa. 118:22), calls to mind the form of the Great Pyramid whose top
stone is the chief corner stone, and whose internal structure corresponds so
perfectly with the Tabernacle and its symbolism.+ And further, if Christ be the
chief corner stone, the top stone and also the foundation, as he surely is (1
Cor. 3:11), the manifest suggestion is that the foundation of this building of
God is laid in the heavens, not on earth, and that all the other living stones
built upon this foundation are drawn and cemented to it by heavenly and not
earthly attractions. Yes, "ye are God's building"—"ye,"
both individually and collectively, consecrated sons of God who have become the
habitation of God through the Spirit, ye are the temple of God. Howbeit, though
now it is but a tabernacle in the flesh, and though in this tabernacle we often
groan, being burdened, we know that when this tabernacle is destroyed we have a
building of God, "a house not made with hands, eternal in the
heavens."—2 Cor. 5:1,2.
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+Ver Millennial Dawn, VOL. III, Cap. 10.// +See Millennial Dawn, VOL. III., Chap. 10.
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Aunque la Iglesia, como un tabernáculo en el desierto, es ahora una
morada de Dios, poseída por Él, y bendecida por su presencia, y llena de una
gran medida de su gloria, sin embargo, envuelta, como generalmente lo está, por
nubes de problemas, etc., que ocultan la gloria de los demás, excepto cuando se
manifiesta ocasionalmente, no ha de ser siempre una tienda móvil con su gloria
oculta. Dentro de poco, su gloria se manifestará sin la nube que la envuelve: "Resplandecerá
como el sol" (Mateo
13:43). El profeta Isaías anticipa gozosamente aquel bendito
tiempo cuando el templo de Dios terminado desplazará al tabernáculo actual,
diciendo: "Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria del
Señor ha nacido sobre ti,... y su gloria será vista sobre ti. Y vendrán las
naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento" -Isaías 60:1-3.
Though the Church, like a
tabernacle in the wilderness, is now a habitation of God, owned by Him, and
blessed by His presence, and filled with a large measure of His glory, yet
enveloped, as it generally is, by clouds of trouble, etc., which hide the glory
from others, except as occasionally manifested, it is not always to be a moving
tent with its glory concealed. By and by her glory will be manifested without
the enveloping cloud;—"She shall shine forth as the sun." (Matt.
13:43.) The prophet Isaiah joyfully anticipates that blessed time when the
finished temple of God shall displace the present tabernacle, saying,
"Arise, shine; for thy light is come, and the glory of the Lord is risen
upon thee,...and His glory shall be seen upon thee. And the nations shall come
to thy light, and kings to the brightness of thy rising."—Isa. 60:1-3.
¡Qué esperanza se abre así ante los fieles que, como piedras vivas, acuden a Cristo para ser edificados sobre este fundamento! De la elocuente imaginería de profetas y apóstoles captamos la inspiración de esa santa alegría que se realizará plenamente cuando todas las piedras vivas del glorioso templo espiritual de Dios se junten silenciosamente, sin el sonido de un martillo, en la primera resurrección, y cuando la lápida corone este glorioso edificio de Dios, entre gritos de "Gracia, gracia, a él" (Zacarías 4:7). ¿Qué lengua puede decir o qué pluma describir la gloria que se revelará en los santos cuando los sacrificios de este día de expiación (la era del Evangelio) hayan terminado? y ¿qué plomada puede sonar o qué línea puede medir la riqueza de bendición que fluirá a la humanidad redimida desde el templo glorificado de Dios?
What a hope is thus set before
the faithful ones, who, as living stones, come to Christ to be built upon this
foundation! From the eloquent imagery of prophets and apostles we catch the
inspiration of that holy joy which shall be fully realized when all the living
stones of the glorious spiritual temple of God shall noiselessly come together
without the sound of a hammer—in the first resurrection, and when the headstone
shall crown this glorious building of God, amid shoutings of "Grace,
grace, unto it." (Zech. 4:7) What tongue can tell or pen portray the glory
to be revealed in the saints by and by, when the sacrifices of this day of
atonement (the Gospel age) are all over? and what plummet can sound or line
measure the wealth of blessing that will flow to redeemed humanity from the
glorified temple of God?
Pero, aparte de este tema inspirador, volvamos al pensamiento que el Apóstol quiere grabar en las mentes y los corazones de todo el pueblo de Dios, a saber, la santidad del templo de Dios: "¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es".
But, aside from this inspiring
theme, let us return to the thought which the Apostle would impress upon the
minds and hearts of all God's people; viz., the sanctity of the temple of God,—"Know
ye not that ye are the temple of God, and that the spirit of God dwelleth in
you? If any man destroy the temple of God, Him will God destroy; for the temple
of God is holy, which temple ye are."
Si el espíritu de Dios no mora en nosotros, entonces no somos de la
clase a la que se dirige; "porque si alguno no tiene el espíritu
de Cristo, no es de él". Y los que tienen ese espíritu son guiados
por él por las sendas de la justicia y la verdad. Y no sólo eso, sino que los
que tienen y son guiados por el espíritu de Dios tienen en él una arras o
prenda de su futura herencia como hijos de Dios, como nos dice el Apóstol: "Después
que fuisteis sellados con el santo Espíritu de la promesa, que es las arras de
nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de
su gloria" (Efesios
1:13, 14).
If the spirit of God does not
dwell in us, then we are not of the class addressed; "for if any man have
not the spirit of Christ, he is none of his." And those who have that
spirit are led by it in the paths of righteousness and truth. And not only so,
but those who have and who are led by the spirit of God have therein an earnest
or pledge of their future inheritance as the sons of God, as the Apostle tells
us, saying, "After that ye were sealed with the holy Spirit of promise
which is the earnest of our inheritance until the redemption of the purchased
possession, unto the praise of his glory."—Eph. 1:13,14.
Sí, nuestro presente reconocimiento divino como hijos de Dios es la
evidencia más segura que podemos tener de su reconocimiento cuando hayamos
terminado nuestro curso. Si hoy tenemos su aprobación y comunión manifiestas, y
si estos cuerpos mortales son vivificados en celo amoroso y activo tanto para
conocer como para hacer la voluntad de Dios, podemos también esperar con gozosa
anticipación aquel tiempo bendito en que veremos al Señor y seremos semejantes
a él. R1981
Yes, our present divine
recognition as sons of God is the surest evidence we can have of His
recognition when we shall have finished our course. If today we have His
manifest approval and fellowship, and if these mortal bodies are quickened into
loving, active zeal both to know and to do the will of God, we may also look
forward with joyful anticipation to that blessed time when we shall see the
Lord and be like him. R1981
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